Yaºfar y Al-Mansur

Se cuenta que el Califa Al-Mansúr estaba celoso de Yaºfar AS-Sádiq (S. VIII) el padre del fundador del Ismaelismo, hasta cuando este no hacia mas que estar en su mezquita y rezar, ya que aún así se ganaba y mucho la confianza y la estima de la gente. Un día, le dijo a su visir: “Traiga me a Yaºfar voy a matarlo”. El visir dio la orden a sus soldados para estar preparados para la ejecución atentos a su señal. Pero a la llegada de Yaºfar, el Califa bajó descalzo de su trono le saludó, le besó manos y pies, le hizo sentarse en su lugar proponiéndole su ayuda y disponibilidad. Al marcharse Yaºfar, el Califa enfermó de fiebre durante unos días. Más tarde, se explicó ante las miradas inquietas de su sequito diciendo: “Cuando Yaºfar AS-Sádiq se presentó aquí, vi venir con él un dragón tan grande que su labio inferior reposaba en tierra, mientras que su labio superior se encontraba encima de la cúpula del salón. Y me dijo el dragón: “Si le causas mal alguno a Yaºfar, no tardaría nada en tragarte junto a esta cúpula”.